LOS COLMILLOS, EL CORAZÓN Y EL HIGADO
Hoy recordaremos al
gran maestro de la interpretación de la relación que guardan nuestros dientes,
con nuestra manera de ser, de nuestras emociones y de nuestras pasiones, el Dr.
Mario Baldani.
Cuando terminó de completar
sus estudios sobre este tema, desarrolló la llamada BIOCIBERNÉTICA BUCAL. Ya
hemos hablado un poco al respecto, `por lo que hoy tocaremos un tema
específico: La relación que guardan nuestros colmillos con nuestra forma de ser
y como pueden afectar a órganos vitales como son el hígado y el corazón.
El Dr. Baldani lo
resume así:
Los Caninos o
colmillos, están relacionados con la afectividad, revelan la capacidad de amar
a otros. Se relacionan con la agresividad y la irritación.
La función física de estos
dientes es desgarrar los alimentos, transmitiendo la idea de acción y de actuación. Normalmente son,
por esto, dientes fuertes y un poco puntiagudos. Cuando son muy prominentes o grandes, indican a una persona con agresividad,
impaciencia, irritabilidad, intolerancia.
Cuando esto sucede,
la persona debiera cultivar más los sentimientos de amor y paciencia con las
dificultades de la gente. Deben también estar atentas al autodominio, para no
pasar de sus propios límites.
Por eso el dicho:
“Ese señor es de mucho colmillo” refiriéndose precisamente a su agresividad,
capaz de tomar grandes decisiones, e incluso un tanto intolerante.
Los órganos ligados a
estos dientes son el corazón y el hígado, justamente los órganos que más se relacionan con el enojo
y el coraje. Cuando hay problemas con este diente, la persona tiene que
trabajar mucho más con el amor para el corazón y auto-estimularse, para tener
un hígado sano.
Tener caninos saludables dan a una persona
capacidad para actuar, luchar durante toda la vida y ante las dificultades.
Estos dientes trabajan sobre el sistema inmunológico, la circulación. Son los
dientes de la pasión, la agresividad y
la libido, así como el ataque y
la defensa.
La ausencia de este
diente trae dificultades para tener iniciativa, para salir de la inercia, para
la realización personal, para desarrollar los sentimientos armónicos de amor y
fraternidad.
Tomemos muy en cuenta que cada extracción
realizada, produce un cambio en el pensamiento, es como sentir una mutilación.
Si tú ya has perdido una o más piezas dentales, estarás de acuerdo conmigo. Una
extracción, dice el Dr. Mario Baldani, crea un problema de personalidad en
relación a la función del diente extraído y su patrón mental. Cada diente tiene
una relación con un patrón mental, al ser extraído, el patrón se alterará. Otro
diente podrá migrar para intentar cubrir el espacio vacío, pero nunca podrá
suplirlo totalmente ni cubrir su importancia. Una prótesis o implante, así como
un tratamiento de conductos ó Endodoncia, e incluso una restauración, ayudarán,
pero siempre habrá una deficiencia establecida.
Los dientes de cada
conjunto están interligados, de tal manera que cuando falta un colmillo, los
otros tres padecen.
Por otro lado, cuando por enfermedad o
accidente, te quitan una parte de cerebro, de hígado o intestino, el cuerpo se
adapta y modifica su metabolismo.
De la misma manera cuando se pierden piezas
dentales, todo el cuerpo se adapta a esa nueva situación y carencia.
Es importante anotar que al perder uno o más
colmillos, la persona queda incapacitado para comer carne, aunque se ponga un
puente, pues el cuerpo no lo reconoce como propio. El cuerpo y todo el sistema,
se adapta a ya no comer esos alimentos que comía con los dientes ahora
ausentes. Cuando se han perdido dientes, la digestión cambia, aunque estos
dientes se hayan sustituido por puentes.
Tenemos entonces dos puntos muy importantes
al respecto:
La pérdida de uno o más dientes, provoca por
un lado, cambios emocionales y existenciales y por otro, modifica la
asimilación de los alimentos y afecta al metabolismo.
Los colmillos de la primera dentición, o de
leche, aparecen al año y seis meses de edad junto con el desarrollo del
sistema circulatorio y con la capacidad de atacar y defenderse. Se conocen como
los dientes de la pasión, ellos muestran la sexualidad y los instintos
animales. El cambio a los definitivos, ocurre cuando el individuo despierta a
las sensaciones de la libido. El sexo deja de ser una mera curiosidad infantil
para ser ahora percibido de forma interna. Generalmente esto ocurre entre los
11 y 13 años.
Una malformación de estos dientes mostrará
dificultad para lidiar con sus parejas, su agresividad y la libido.
Nota: Son muchos los casos de jóvenes con los
colmillos altos, fuera de lugar y sin espacio para salir. Esto tal vez explique
la problemática de comportamiento de muchas personas en la madurez.
Te invito a realizar
una revisión de tus dientes con la intención no solo de saber si hay alguna
caries, sino de nivelar la energía corporal y tal vez hasta curar algún
problema corporal.
Para mayores
informes, puedes llamar al tel: 884 12 29 o al cel 9985 77 15 38. docrubio@prodigy.net.mx.
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